Las fortalezas personales son cualidades o aptitudes positivas que te caracterizan como persona. Estas aptitudes son útiles tanto en tu vida privada como en el trabajo. Por tanto, no están relacionadas con un perfil laboral específico, pero te ayudan a encontrar el trabajo adecuado para ti.
En las solicitudes de empleo, las fortalezas personales también se denominan competencias blandas. Las cualificaciones y títulos profesionales, las llamadas competencias duras, no cuentan como fortalezas personales. Por ejemplo, no es una fortaleza personal ser bueno con Photoshop o haber realizado numerosos cursos de formación.
Ejemplos de fortalezas personales
- Talento organizativo
- Capacidad para aceptar críticas
- Capacidad de percepción
- Capacidad para trabajar en equipo
- Capacidad para tomar decisiones
- Resistencia/resiliencia al estrés
- Iniciativa
- Sociabilidad
- Asertividad
- Capacidad de comunicación
- Pensamiento analítico
- Alta competencia social
- Retórica
- Resistencia
- Capacidad de concentración
- Buena gestión del tiempo
- Orientación a las soluciones
- Diligencia
Fortalezas personales en la entrevista de trabajo
Expresa tus fortalezas personales de forma creíble en la entrevista. Demuestra confianza en ti mismo, pero evita la arrogancia. Respalda tus afirmaciones con ejemplos o experiencias de tu trabajo diario. Lo ideal es que tus fortalezas ofrezcan también un valor añadido para el puesto al que optas. Cuanto más relevantes sean para tu futuro trabajo, mejor.
Fortalezas personales: Ejemplos de formulaciones
Cómo presentar tus fortalezas de forma creíble:
- "Mi mayor fortaleza es mi talento organizativo. Mantengo la visión de conjunto incluso en fases de mucho trabajo, coordino los departamentos y me aseguro de que se avance en todas las áreas del proyecto. Esto me ha permitido gestionar con éxito muchos proyectos en mi actual empresa."
- "Siempre estoy abierto a la crítica constructiva. Si otros tienen una sugerencia mejor, me complace contar con su ayuda. En mi experiencia, esto conduce a mejores resultados y también refuerza la cohesión del equipo."
- "Mi fortaleza personal es la comunicación. Se me da bien adoptar la perspectiva de la otra persona y responder en consecuencia. Así satisfago incluso a los clientes más exigentes."
Nunca te muestres arrogante o chulesco:
- "Tengo una comprensión excepcional de las cosas y encuentro rápidamente la solución perfecta. A veces mis colegas no pueden seguirme. Pero eso no es malo. Al final, lo que cuentan son los resultados."
Definición: ¿Qué son las debilidades personales?
Las debilidades personales son características que rara vez te ayudan a conseguir tus objetivos. También incluyen habilidades menos desarrolladas en las que todavía puedes trabajar. Solo te aportan ventajas limitadas tanto en tu vida privada como en el trabajo.
Ejemplos de debilidades personales
- Introversión
- Pocos conocimientos de idiomas
- Miedo a hablar delante de los demás
- Terquedad/obstinación
- Fuerte escepticismo
- Falta de asertividad
- Críticas excesivas
- Volatilidad
- No saber decir no
- Falta de organización
- Poca autodisciplina
- Poca destreza manual
- Sensibilidad
Debilidades personales en la entrevista de trabajo
La formulación de tus debilidades personales debe demostrar que eres autocrítico con tus capacidades y que estás trabajando para mejorar. Evita las autoacusaciones y las justificaciones. En su lugar, relativiza tus debilidades. Ten en cuenta también a qué tipo de trabajo aspiras. En ventas, por ejemplo, no debe faltarte capacidad de persuasión.
Debilidades personales: Ejemplos de formulaciones
Haz hincapié en tus puntos débiles y resalta tu potencial de desarrollo:
- "Mi punto débil es hacer presentaciones ante un público. Al principio me pongo nervioso y a veces hablo demasiado rápido. Sin embargo, una preparación minuciosa me ayuda a estar más relajado durante la presentación."
- "De vez en cuando quiero hacer demasiadas cosas a la vez y pierdo un poco la concentración. Pero ahora me doy cuenta pronto. Utilizo listas de tareas pendientes y un orden de prioridades claro para estructurar mi trabajo."
- "Mi debilidad personal es mi introversión. Tiendo a ser reservado y necesito un poco más de tiempo para hacer nuevos contactos. Pero siempre me llevo bien con todos los miembros del equipo."
No parezca resignado ni abatido:
- "Mi mayor debilidad es probablemente que no soy muy asertivo. No puedo evitarlo. Simplemente no tengo mucha confianza en mí mismo, ha sido así desde que era niño. Por eso prefiero evitar la confrontación y dejar las decisiones a otros."
Fortalezas y debilidades en una entrevista de trabajo: 7 consejos
Los 7 consejos siguientes te ayudarán a presentar con éxito tus fortalezas y debilidades en una entrevista de trabajo:
- Evita las respuestas estándar y los tópicos: ¿Tu punto débil es que eres perfeccionista y, por tanto, trabajas demasiado? Los reclutadores están familiarizados con esas formulaciones estándar. Las han oído miles de veces y probablemente nunca se las han creído. Piensa en respuestas propias que realmente digan algo sobre ti.
- Relativiza los puntos débiles: No presentes tus defectos como obstáculos. Relativiza tus debilidades personales con una perspectiva positiva. Puede que te afecten "a veces" o "en determinadas situaciones", pero no siempre. Las conoces, has aprendido a lidiar con ellas y ya estás trabajando para librarte de ellas. Además, nunca menciones debilidades que en realidad deberían estar entre tus fortalezas en el trabajo que quieres.
- Demuestra tus fortalezas: Frases como "se me da bien negociar" no son más que afirmaciones vacías. Utiliza ejemplos y experiencia profesional para presentar tus fortalezas de forma auténtica y creíble: "He trabajado en ventas durante muchos años y puedo utilizar mis habilidades de negociación a diario. En términos de ventas, suelo ser uno de los mejores de la empresa".
- Responde con calma, sinceridad y seguridad: Todo el mundo tiene fortalezas y todo el mundo tiene debilidades. Los reclutadores solo quieren observar cómo reaccionas cuando te preguntan por ellos. Demuestra confianza en ti mismo sin exagerar. Demuestra que estás preparado para este tipo de preguntas dando respuestas reflexivas y diferenciadas.
- No des las cosas por sentadas: No puedes ganar puntos diciendo que eres puntual, fiable, honesto, simpático y digno de confianza. Todos los candidatos deberían tener estas cualidades. Las empresas a las que presentas tu candidatura las dan por supuestas.
- Responde con seriedad: No ridiculices las preguntas sobre tus fortalezas y debilidades. El hecho de que puedas reírte durante horas con vídeos de gatos no es una debilidad que interese a los reclutadores. Las respuestas supuestamente graciosas se convierten rápidamente en un gol en propia puerta.
- No enumeres demasiado: No tienes por qué enumerar todos tus puntos fuertes y debilidades. Limítate a los rasgos de carácter esenciales que sean relevantes para el puesto al que optas.
¿Por qué preguntan por las fortalezas y debilidades?
Durante la entrevista, los seleccionadores quieren entender mejor qué tipo de persona eres y qué rasgos de carácter tienes. En tu currículum o en tu carta de presentación ya pueden ver qué competencias y cualificaciones profesionales tienes. Sin embargo, también necesitan evaluar si tu carácter encaja con el puesto anunciado y con la empresa. Preguntar sobre tus fortalezas y debilidades en la entrevista les ayuda a tomar esta decisión.
Los responsables de RR.HH. también quieren averiguar si puedes reflexionar de forma autocrítica sobre tu comportamiento y clasificarlo honestamente. No solo analizan las respuestas en sí, sino también cómo respondes. Al fin y al cabo, no es habitual que te pregunten por tus propios puntos fuertes y debilidades. Muchos candidatos reaccionan con inseguridad ante esto.
Un poco de nerviosismo es normal. Sin embargo, una respuesta tranquila y objetiva demuestra que sabes manejar situaciones de estrés y que te has preparado bien para la entrevista.
Preguntas directas e indirectas
Los responsables de contratación no siempre preguntan directamente sobre los puntos fuertes y debilidades de cada persona. Esto se debe a que muchos candidatos ya están bien preparados para las entrevistas de trabajo. Por eso, a menudo las preguntas se formulan de forma diferente o se sitúan en un contexto distinto. O se formulan de forma que las respuestas revelen implícitamente algo sobre tus puntos fuertes y debilidades.
El objetivo es el mismo: los seleccionadores quieren averiguar si puedes evaluar de forma crítica y realista tu comportamiento. Intenta reconocer pronto la verdadera intención de este tipo de preguntas:
- "Describe qué hace que trabajar contigo sea fácil o difícil."
- "¿Qué aprecian de ti tus amigos?"
- "¿Qué habilidad o característica ha caracterizado positivamente tu vida profesional?"
- "¿De qué error has aprendido mucho?"
- "¿Qué características personales podrías desarrollar más?"
Autorreflexión: identificar tus propios puntos fuertes y debilidades
A muchas personas les resulta difícil evaluarse a sí mismas con sinceridad. Sobre todo si las consideraciones son más bien teóricas y parecen tener poca relación con la práctica. Por eso, las preguntas basadas en experiencias reales ayudan a la autorreflexión.
- ¿Qué características y habilidades tuyas intervienen en la respuesta?
- ¿Por qué sueles ser tú quien toma las decisiones en los grupos? ¿O por qué no?
- ¿Cuáles son tus mayores éxitos?
- ¿Qué dificultades te gustaría afrontar de forma diferente a como lo haces?
- ¿Qué te molesta de ti mismo?
- ¿Qué aprecian de ti tus superiores y compañeros?
- ¿Por qué conoces rápidamente a gente nueva en las fiestas? ¿O por qué no?
- ¿Prefieres organizar las vacaciones, fiestas o eventos solo o acompañado?
- ¿Qué situaciones prefieres evitar?
- ¿Prefieres jugar solo o en equipo?
- ¿Te gustan las competiciones?
- ¿Sabes convencer a los demás de tu opinión?
- ¿Prefieres ocuparte de tus propios asuntos o dejas que otros te ayuden?
Los amigos y la familia pueden ayudarte con tu autoevaluación. Pregúntales qué les gusta de ti y qué comportamientos les molestan. Pídeles que sean lo más sinceros y abiertos posible. Puede resultar incómodo, pero también te abrirá nuevas perspectivas. Porque la autopercepción y la percepción externa suelen ser diferentes.